El trailer ya hacía presagiar que con "One last ride" nos llegaría una de las películas del año. Lord combina escenas de acción y suspense, largas secuencias sexuales, un clima de intriga, fantásticas tomas nocturnas y un espléndido reparto, y logra con ello una película con buen guión sin exceso de desarrollo, fantástico ritmo narrativo, clase y con un irreprochable espectáculo sexual.
Se nota la siempre eficaz mano de DCypher, un guionista que siempre acierta con el ritmo narrativo y el desarrollo y que sabe en cada momento cuando introducir el sexo en la historia. Pero, sin duda, "One last ride" es un trabajo de equipo, donde el guión sólo es el epicentro de una producción esforzada y de un director que sabe que tiene entre las manos el mejor material de su carrera.
Y como no podía ser de otra forma, el sexo está al nivel del resto del proyecto. Y es que el sexo está realmente bien rodado, lo que significa que no sólo tiene clase y toque artístico sino que la cámara siempre está en el punto justo para poder disfrutar de la escena, y la iluminación logra el balance ideal, dotando a la imagen de poder sexual sin romper la ambientación de la parte argumental.
Y el trabajo sexual lo mantienen al nivel adecuado los performers, que disfrutan al máximo de la escena, y la coreografía, con muchas y diversas posturas, todas bien enfocadas al disfrute sexual. Bree Olson se lo monta en tres escenas con Barrett Blade, Jamie Lamore y Ben English y las dos escenas restantes nos trae a Tori Black y Chris Johnson y la tremenda Mia Lelani con Derrick Pierce.
En cuanto a la interpretación, el trabajo más destacado, que también es el papel más desarrollado e interesante del guión, es el de Bree Olson, que se aleja de la imagen que la ha caracterizado en sus anteriores papeles argumentales para enfrentarse al mejor personaje de su carrera junto al que desarrolla en "The Surrender of O", donde también se atreve con un registro más dramático.
Así, en "One Last Ride" tenemos una firme candidata a varios premios AVN el próximo mes de enero, entre cuyas nominaciones se deberían encontrar sin duda de mejor película, guión, fotografía, actriz principal y director. Y todo esto en un año en el que, aunque hay buenas producciones, la industria americana no destaca por la abundancia de películas para el recuerdo.
Lo mejor: Bree Olson y el proyecto en sí
Lo peor: un final un poco precipitado
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