"The Smiths" es otra buena comedia de Robby D, que parece estar recuperando fuelle fuera de su serie de gremios a la vista de películas como "My Bosses Daughter" o "The Nude Rommate". Aquí vuelve a repetir su trío masculino de la suerte (Mick Blue, Scott Nails y Manuel Ferrara, éste último como protagonista) y coloca a Kayden Kross en su primer filme con Digital Playground como la chica estrella, acompañada de cerca de la jovial y encantadora Riley Steele.
Manuel está casado con Kayden, una mujer aparentemente conservadora, recta y muy trabajadora que hace tiempo que no satisface sexualmente a su marido. A consecuencia de esta abstinencia irremediable, Manuel no puede parar de tener fantasías con toda mujer que ve, pero incluso en su mente no quiere ponerle los cuernos. Sin embargo, todo cambiará cuando Manuel descubra a qué se dedica realmente su mujer.
Manuel hace un gran esfuerzo interpretativo (para lo que nos tiene acostumbrados) y logra divertirnos como chico frustrado por su mujer, absorto cuando se imagina a su mujer pidiendo guerra, a su cuñada insinuándose o a sus compañeras de oficina trabajando desnudas. La película tiene buen ritmo y va introduciendo las escenas sexuales en su momento justo, con lo que, aunque no es nada del otro mundo, tenemos una película entretenida, sexy y bien resuelta.
Y el sexo, aunque todo son parejas, es variadito. Scott Nails se tira a Kortney Kane en unos baños con glory hole incluido. Mick Blue penetra analmente a Jennifer White y hace bambolear sus tiernas tetas. Kayden se tira a Tommy Gunn y (por fín) a su marido Manuel Ferrara y, para acabar, Manuel consigue tirarse a su encantadora cuñada (Riley Steele).
Todas las escenas están bastante bien y triunfan Manuel con Kayden (muy enérgico), el anal de Jennifer White y el breve tease de Riley masturbándose anal y vaginalmente ante la web cam. Eso sí, una decepción que la ensoñación de Manuel con sus compañeras de oficina no acabara en una gran orgía, pero es que el chico es muy fiel.
Lo mejor: Las ensoñaciones de Manuel
Lo peor: Que no hubiera orgía en la oficina.
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