Robby D. es uno de esos directores que no te fallan. Producciones cuidadas como la reciente “Fly Girls”, comedias buenísimas como “Contract Star” y también vignettes como el de hoy: “Janie Sumers’ Girl Next Door”. Y es que, en el fondo, esta película no es más que un conjunto de escenas sexuales unidas con un más que tibio hilo argumental (Janie Summers y su círculo de conocidos), pero nos brinda unas cuantas buenas escenas con un reparto de lujo y una estupenda sorpresa final.
No hay ninguna trama definida, aunque intuimos que todos los personajes tienen lazos comunes. Las escenas sexuales, todas en interiores de casas de lujo, vienen introducidas por un poquito de trama argumental, y ésta, aunque fina, funciona bastante bien porque no es ni algo complejo, ni estúpido, ni cutre, ni con pretensiones. Simples diálogos que nos muestran como son los personajes y lo que quieren.
El filme empieza en casa de Janie Summers, que debate con su amiga Alexis Texas quién es más el tipo del buenorro de Charles Dera. Cuando llega Charles no le dejan elegir y las dos rubias se lo tiran sin piedad con beso negro incluído. En la siguiente, Manuel Ferrara y Janie hablan sobre la vida a morosa de Faye, que cuando llega al cuarto es obligada de buena gana a participar en un buen trío.
Más tarde tenemos a James Deen y a Mick Blue mirando desde la barra a sus novias (Kerry Louise y Lexi Belle) en el borde de las piscina. Como no se deciden, la chicas empiezan a desnudarse y a tocarse, y los chicos pactan follarse cada uno a la novia del otro, pero seguir siendo amigos después. Dicho y hecho, Lexi se tira a James y Kerry a Mick. En la siguiente escena, Manuel se dispone a dar clase de francés a Tori Black y a Monique Alexander. De lo único que tienen ganas las chicas es de follárselo, y no les cuenta mucho convencerle para hacer un trío.
Pero la gran sorpresa llega al final. Es el cumpleaños de Scott Nails, el novio de Janie, y ella le llama por teléfono para decirle que su regalo ya está listo y llamando a la puerta. Scott abre la puerta y se encuentra el mejor regalo que podía imaginarse: a la gran Aletta Ocean dispuesta a follárselo. Esta última es una escena excepcional, en la que Scott aprovecha bien a Aletta, con anal incluido, y cerrando fantásticamente la película con Aletta relamiéndose junto a la polla de Nails. Es fantástico que los americanos cuenten con las grandes estrellas europeas. Espero ver más por esos lares.
Así, Robby D. nos ofrece un vignette semiargumental con bastante calidad, muy bien rodado, entretenido y donde el sexo tiene el total protagonismo y, aunque viene siempre bien introducido por argumento, lo hace siempre sin molestar ni resultar estúpido o cutre. Vamos, lo que tiene que ser un vignette.
Lo mejor: La presencia de Aletta Ocean, la entrega de todo el reparto, y la canción final de los créditos que empieza al final de la escena de Aletta, con la cara llena de semen
Lo peor: Que la protagonista es la menos sexy del reparto
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